domingo, 1 de marzo de 2009

CULTURA Y EDUCACION MERCANTIL

En el siglo XIV la numeración romana era sólo una abreviación de las siglas de las cantidades escritas con todas sus letras pero totalmente impracticable para realizar directamente cualquier cálculo sin recurrir a instrumentos particulares, como el viejo ábaco. Desde finales del siglo X se comprobó su inutilidad y se sustituyó por la numeración hindú , introducida en occidente por los árabes pero hasta la actualidad se sigue utilizando.
Los notarios conservaron un estilo propio particularmente en la escritura. . La transición de la algoritmia o aritmética de origen indoárabe fue una transición demasiado lenta que requirió largos siglos.
En el siglo XVII todas las reglas que actualmente se enseñan en las escuelas elementales estaban definidas y ya se difundían sin ninguna prohibición ni resistencia.
Desde el siglo XIII fue famosa una escuela de ábaco que indicaba el nuevo sistema de cálculo en aritmética en sentido amplio, matemática, financiera, y geometría, incluso astronomía, astrología y el arte del calendario, preocupados por adquirir conocimientos útiles para la administración religiosa y civil También en los Studia universitarios se estudiaban las matemáticas pero con conocimientos enfocados a actividades profesionales emergentes.
Hasta la mitad del siglo XIX, los libros de lectura para la escuela elemental aún no estaban destinados a los alumnos sino a los maestros y los contenidos de estos eran revelados con gran circunspección.
Desde el siglo XIV se distinguían alumnos latinados y no latinados, los primeros estaban destinados proseguir los estudios tradicionales del trivio y del cuadrivio para luego acceder a las profesiones liberales y los segundos accedían generalmente a las escuelas de ábaco con el propósito de prepararse para un buen empleo administrativo o contable.
El mercader poco a poco se interesaba en los mapas de tierras y mares, instrumentos indispensables para la expansión y la aceleración de los tráficos y su influencia en la renovación cultural y pedagógico-didáctica fue muy fuerte desechando la utilización del ábaco.
Otra gran novedad del siglo XIV fueron los manuales de artes y oficios, sobre todo las artes de la lana y de la seda del siglo XV y lo manual también se asocia al libro que es portátil y manejable de acuerdo con las exigencias de la actividad de un mercader y sus colaboradores siempre en movimiento. Es hasta el siglo XVII que el libro comienza a asociarse con la imagen común del alumno o de quien aprende.
Hasta el siglo XVII los conocimientos y relaciones eran operativo-conceptuales que aún no se codificaban por escrito, por lo tanto se aprendían por la tradición oral.
Al prescindir de los libros se privilegiaban las operaciones verbales-escritas combinadas con un adiestramiento intelectual.